Sombras

He roto el espejo en el que te escondías. La sombra huye de la sangre; pero yo solo quiero llegar hasta el fondo, hasta la pura esencia de todo.

No le temo a la sombra ni a la sangre. Llevo conmigo lágrimas que ya son cicatrices.

Yo persigo a las sombras, las invoco, las desgarro con mi voz… hasta que consigo que canten para mí. Muy pocos pueden sostenerle la mirada al espejo. Hay quien elige la ceguera.

He roto el espejo en pedazos, he llamado a la sangre. Porque todos me abandonaron, también el miedo.

La soledad y yo éramos dos huérfanas en esta misma orilla y nos hicimos aliadas.

©Virginia Marín

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