Creo que para tu evasión
Elegiste el verano de la guerra
Y dos alas para surcar la noche.
Sobrevolaste fuegos enemigos
En la soledad del mar mediterráneo
(Esta vez cambiaste tu desierto por el mar).
La misma soledad y la misma añoranza
Por esa estrella de risa infinita,
Iluminando tu cielo.
Yo sé que partiste a su encuentro:
Esta vez la serpiente fue el avión.
Y en el corazón llevabas prendido
El trigo de su pelo,
Porque solo allí se ve lo esencial.
Porque te domesticó.
Y porque era hora de volver a casa.
(Hoy 31 de julio, hace ya 76 años que Antoine de Saint – Exupéry voló para siempre a su planeta. Sé que lo consiguió, como el Principito, porque tampoco encontraron nunca su cuerpo… )
© Virginia Parra Marín