Suéñanos mundos transparentes
De cenizas, fuego e invierno latente.
Despiértanos a la sangre de las amapolas,
A la muerte de las mariposas incandescentes.
Acúnale en arrullo de luna de bosque oscuro,
Con tu coro de lobos aullando ecos de niebla.
Protégele con la memoria de las raíces,
Bajo los tejos milenarios con ojos de búho.
Y a mí llévame al fondo de todas las metamorfosis
Donde la espuma se desangra entre las frías rocas
Y el hondo azul la espera, en eterno baile de sirenas.
Llévame a mi hogar primigenio, allí donde cantan las ballenas.
Y déjame llorar un instante,
Mirando al firmamento,
Allí donde ríen las estrellas.
© Virginia Parra Marín